LA REVANCHA INESPERADA
Una vez pasó. Fue en el año 81, cuando San Lorenzo descendió. Justo el Ciclón, tan cercano en afectos a este Nacional del Parque. En aquella oportunidad, el cuadro de Boedo perdía la categoría en agosto, pero por uno de esos caprichos del fixture de A.F.A. tuvo que afrontar un Torneo Nacional con el ánimo por el piso hasta fin de año. Triste fue su pasar por ese torneo. El Boca de Maradona y el River de Kempes brillaban en primera plana y el Ciclón no pasó la primera ronda. Nacional del Parque perdió la categoría en el Bajo Flores en el Clausura 08.
Varios cambios en su plantel modificaron la fisonomía del equipo de cara al torneo de Verano, que lo tenía como partenaire debido a su floja campaña reciente.
Una angustiosa clasificación en primera rueda, gracias a los goles de Boinas frente a Grisu no auguraba un buen futuro para afrontar lo que se venía. Pasó Lugano (revelación del segundo semestre) en Cuartos de Final en insólitos penales. Pasó el duro Maza en semifinales, con goleada incluida en Vialidad. Y llegó Perla, el último campeón de la A, para poner a prueba si la aventura tendría final feliz o sólo se trataba de una ilusión.
La final tuvo dos partidos. El primero fue todo de Perla Negra. El circuito de futbol del último campeón había funcionado muy aceitado. Mariano Lassizuk, ubicado casi de tres bis, junto a Cristian Lopez distribuían juego en el medio. Charly Hamze de enganche clásico era el enlace perfecto entre medio y delantera. Y arriba los dos puntas muy concentrados. Tanto el Pollo Maggiori, con su potencia, y el pequeño gran jugador que es Alejandro Rao, con su endiablada habilidad, complicaron a todo el fondo de Nacional. Sólo la gran actuación del arquero azzurro, Rubén Calvano, impidió que los de negro y amarillo se fueran al vestuario ganando. A los 2 minutos del segundo tiempo, en la primera llegada seria de Nacional, empezó la otra final. Una entrada fulminante por derecha del recién ingresado Diego Carcaba, al mejor estilo Mencho Medina Bello, decretó el único gol del partido, tras un gran pase de Pablo Montiel a espaldas de Gonzalo Iglesias. El bombazo se metió en el primer palo y cambió el partido. Perla siguió con la iniciativa, pero acusó el impacto anímico y el físico ya no era el mismo. Los huecos en defensa se agrandaron y Nacional lo tuvo para definir de contra en varias oportunidades. Hacia el final, el Pollo Maggiori tuvo dos oportunidades para el empate, pero otra vez la figura del arquero impidió lo que hubiera sido justo.
Gran final. Limpia, sin escándalos ni histerias. Como debe ser. Perla se puede ir tranquilo de vacaciones, ya que tuvo un gran año futbolístico. Nacional nunca pensó que tendría su revancha a sólo unas semanas del descenso y por primera vez pudo gritar campeón en Torneos del Bajo.
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