Historial / Fútbol de Campo

LA VIGENCIA DE UN GRAN EQUIPO

Entender a los partidos de forma aislada es siempre un error, más con los antecedentes cercanos de los encuentros que todavía quedan en la memoria reciente de estos dos equipos.
Se enfrentaban La Fragata y El Parque, quienes hace solo dos fechas se habían cruzado nada más ni nada menos que para definir quien se quedaría con la ventaja deportiva de cara a esta semifinal, ya que ambos tenían su clasificación casi asegurada. Es imposible creer que aquel 3-0 contundente por parte de La Fragata garantizaría resultado alguno en esta instancia decisiva, ya que el año pasado, por el Clausura, el resultado de la primera ronda había sido inverso. Los muchachos de Parque Avellaneda habían apabullado con un 4-0 a la banda de Bigote y llegaban con la moral altísima de cara a las semifinales donde se volvieron a ver las caras. Fuera de toda lógica, el resultando culminó aquella vez en un magro 0-0 y clasificación mediante los 12 pasos para los muchachos del Oeste. Instancia y equipos repetidos, podía pasar cualquier cosa.
Hecha esta contextualización, queda claro que, si bien siempre el recuerdo está latente para ambos, podía suceder cualquier cosa.
El Parque estaba obligado a ganar, ya que la ventaja deportiva era para su rival, el empate no era una opción, por tal motivo, y como es característico de un equipo ofensivo y con buen manejo de pelota, optaron por un planteo que les permitiera obtener la ventaja que necesitaban.
La Fragata sabía que contaba con el empate a su favor, pero poco le importó ya que a los pocos segundos de iniciado el encuentro, contó con una falta en mitad de cancha que le permitió a “La Chancha” Maxi Dagostino meter una pelota bombeada al área que sería bajada con precisión por Nahuel Luna para que mediante una excelente media vuelta la figura de la tarde Ezequiel Aranda la clavara de zurda al poste opuesto. Era el 1-0 desde el vestuario.
El Parque, con el orgullo herido y con la necesidad de ganar, se abalanzó sobre su rival, intentando siempre un juego punzante mediante los rapiditos y criteriosos que tiene en el medio buscaba hacerse cargo de esta responsabilidad. Poco le importó esto a La Fragata, y haciendo uso de sus intérpretes ofensivos conseguía romper líneas e inquietar el arco rival. La recompensa a esta búsqueda llegó rápido, Lautaro Derito colocó una excelente habilitación filtrada entre los centrales para que nuevamente Aranda defina de zurda por encima del arquero rival quien poco pudo hacer para sellar el 2-0 parcial.
Lejos de bajar los brazos, los chicos del parque lograron acercarse en el marcador, gracias a un soberbio tiro libre de Gustavo Paredes al ángulo, que sorprendió a Sebastian Ruiz. Poco después, un penal infantil e innecesario sobre Maxi Dagostino le permitió a Mauricio Sanchez tomarse revancha del penal errado hace unas semanas ante el mismo rival y poner a su equipo 3-1 arriba. Así se fueron al descanso, con casi todo definido.
Quedaron 40 minutos intensos. Ambos equipos jugaron sus últimas cartas. Samu, ingresado a mitad del PT, tomo la lanza con su empuje, su habilidad y su desorden. Bigote lo metió al Pipi para enfriar el partido y aprovechar los claros en el contrataque. El Parque se acercó nuevamente en el marcador, gracias a un buen desborde por derecha, un centro que no pudo despejar Sergio Dedo y el zurdazo de Aaron Shermer para inflar la red. Era igual muy difícil para hacer el milagro. A pesar de la buena actuacion del experimentado Guillermo Arraya en el fondo, El Parque estaba desprotegido. Asi fue como el Pipi se filtró y desbordo por derecha, con su clasico tranco largo. Llego el pase atrás y nuevamente Ezequiel Aranda, en una tarde perfecta, la mando adentro por tercera vez. 

Gracias nuevamente a Sergio Dedo, delegado de La Fragata, por colaborar con la redacción de este comentario.